Codependencia En Pareja: ¿Necesitas Que Te Necesiten O Que Te Amen?
- paolaborlini28
- 20 may
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 8 jun
Quizá no lo habías pensado así, pero todos, en algún momento, hemos confundido amor con necesidad, entrega con sacrificio, presencia con obligación.
Te preguntas: “¿Está mal necesitar a alguien? ¿Debería poder con todo sola/o?”
Y la respuesta no es tan simple. Porque, como ser humano, estás programada/o para la conexión, es decir, somos interdependientes, necesitamos a los otros para regularnos y para protegernos, como especie estamos programados para ello. Tu biología, tu historia evolutiva, tu propio corazón saben que necesitar al otro no es una debilidad, es parte de estar vivo.
Sin embargo, no es lo mismo necesitar desde el amor, que necesitar desde la herida.
La codependencia en pareja nace de heridas emocionales no resueltas, pero puede transformarse en una interdependencia sana. La clave está en dejar atrás el miedo al abandono y construir un vínculo donde ambos se acompañen sin abandonarse a sí mismos.

Codependencia en pareja: Cuando amar se vuelve un sacrificio constante
La codependencia no es amor.
Es ese intento desesperado de ser vista/o, reconocida/o, aceptada/o… aunque tengas que renunciar a ti para lograrlo.
Es ese lugar donde te desdibujas, te conviertes en la terapeuta de tu pareja, en la salvadora de sus problemas, en la madre que todo lo entrega.
Crees que, si logras “arreglar” al otro, por fin merecerás su amor.
Pero lo que en realidad estás haciendo es comprar migajas de afecto a costa de tu dignidad.
Si te descubres pensando:
"Si no me necesita, ¿para qué se va a quedar?"
"Si no me esfuerzo en todo, ¿por qué me va a elegir?"
Entonces, es momento de detenerte.
Porque no necesitas que te necesiten. Necesitas que te amen por lo que tú eres. Sin deberle nada a nadie. Sin tener que ganarte ese lugar.
La codependencia es un contrato silencioso:"Yo me encargo de ti, yo cargo con tus heridas… y tú, por favor, no me abandones.”
Pero ese contrato, aunque no lo digas en voz alta, te rompe por dentro.

Interdependencia: La conexión que no anula, que suma
Existe otra forma de estar en relación. Una en la que puedes sostenerte y, al mismo tiempo, dejarte sostener.
La interdependencia no significa no necesitar a nadie. Significa saber cuándo abrir los brazos para recibir y cuándo estirarlos para acompañar.
Es poder decir:
"Te elijo porque te quiero, no porque te necesito."
"Puedo estar bien sola/o, pero contigo la vida se vuelve más bonita, más ligera."
En la dependencia sana, ambos se acompañan desde la libertad, no desde la carencia. No se trata de quién da más, de quién se sacrifica primero, de quién se pierde más rápido.
Se trata de dos personas que se eligen sin dejar de elegirse a sí mismas.
¿Cómo saber en qué lugar estás?
Si sientes que sin el otro no vales, es codependencia.
Si sabes que vales con o sin el otro, y aun así eliges compartir tu vida, es interdependencia.
No busques comprar amor, no conviertas al otro en un desafío o en una conquista. El amor verdadero no es una lucha. Es un encuentro.
El amor que mereces no te pide que te destruyas para ser suficiente.
Te invita a florecer tal como eres.
Hacer terapia es un acto de cuidado personal, no una señal de debilidad.
Si sientes que estás atrapada/o en una relación que no puedes soltar, aunque ya no te haga bien, si el miedo a la soledad pesa más que tu propia voz, no estás fallando: estás en un lugar que necesita ser mirado con amor y profundidad. Pedir ayuda profesional puede ser ese primer paso para recuperar tu libertad interna, para empezar a distinguir entre el afecto y la dependencia, entre el amor y el miedo. No tienes que resolverlo sola/o. Acompañarte también es una forma de volver a ti.



Comentarios