top of page

Cuando La Culpa Emocional Te Aleja De Ti Misma

A veces no hace falta que nadie te culpe. Ya lo haces tú. Te reprochas decisiones pasadas, palabras dichas, caminos tomados. Te castigas por no haber sabido, no haber podido, no haber sido suficiente.


Y aunque todo lo que hiciste fue desde lo que podías en ese momento, algo dentro de ti sigue susurrándote:Tendrías que haberlo hecho mejor.”


¿Te suena familiar? Esa es la culpa emocional: una energía densa que se instala en tu cuerpo, en tus pensamientos, en tu respiración… y te separa de tu presente.


¿De dónde nace esa culpa que te habita?


Muchas veces, la culpa no viene del presente, sino de historias más antiguas. Quizá de mandatos aprendidos, de creencias heredadas de "no ser suficiente", "no permitirte disfrutar de lo bueno de la vida", "miedo al castigo", de exigencias internas que aprendiste a normalizar.


  • La niña/o que fuiste, ¿se sentía responsable de la tristeza de mamá?

  • ¿Aprendiste que callar, cuidar o complacer era tu forma de ser querida/o?

  • ¿Te enseñaron que equivocarte era sinónimo de fallar como persona?


Entonces es comprensible que, en tu vida adulta, confundas el error con el desamor. Y que te exijas más de lo humano por miedo a perder el afecto.


Mujer tapándose la cara con las manos, representando el dolor y el peso de la culpa emocional.

La culpa como señal: no para castigarte, sino para comprenderte


La culpa emocional puede ser una brújula desajustada…O una señal que te muestra que hay algo que necesita ser mirado con más compasión. ¿Y si en lugar de pelear con ella, pudieras preguntarle qué viene a mostrarte?


A veces la culpa aparece para señalar que actuaste en contra de tus valores.

Otras veces, aparece solo porque estás creciendo, eligiéndote, diciendo que no.

Y eso, cuando has aprendido a priorizar a las/os demás, duele. Pero no es egoísmo. Es cuidado.


Liberarte no es olvidar, es tratarte con más ternura


Sanar la culpa no es justificar lo injustificable, ni negar el daño. Es recordarte que no eras omnipotente. Que hiciste lo que pudiste con la conciencia que tenías entonces.


La culpa pide reparación, pero también comprensión. A veces esa reparación será un acto, otras veces será un perdón íntimo: dejar de herirte con lo mismo, una y otra vez.


Hombre mirando por la ventana, en actitud reflexiva frente a pensamientos de arrepentimiento y culpa.

Volver a ti sin juicios: un acto de amor


Tú no eres tu error.

Eres quien decide que vas hacer con ese error.

Eres quién crece, madura y se convierte en una persona más sabia a partir de ese error.

Y mientras sigas condenándote, será difícil extraer el aprendizaje y habitarte con paz.


Imagina por un momento a tu niña/o interior:¿La/o culparías por no haber sabido lo que tú hoy sabes?¿O la/o abrazarías con todo lo que sintió?


Haz lo mismo contigo ahora.


✨ Al cerrar los ojos, repítete:

“Me libero del castigo. Me ofrezco comprensión. Aprendo de lo vivido y sigo caminando con más amor.”

No estás sola/o. Lo que sientes tiene sentido. Y puedes transformar esa culpa emocional en una fuente de fuerza, de honestidad, de humanidad.


Hacer terapia es un acto de cuidado personal, no una señal de debilidad.


Comenzar terapia puede ayudarte a mirar tu historia con más comprensión y menos castigo. Es un espacio para reencontrarte con tu esencia, tus límites y tu derecho a vivir en paz contigo misma/o.

Es posible caminar liviana/o. Si sientes el llamado, estoy aquí para acompañarte.



Comentarios


bottom of page