Donde Pones Tu Atención Pones Tu Energía (Y Tu Poder)
- paolaborlini28
- 7 jun
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 8 jun
¿Alguna vez decidiste comprarte un coche rojo y, de repente, veías coches rojos por todas partes? ¿O tal vez te enteraste de que ibas a ser mamá, y de un día para otro, parecía que el mundo estaba lleno de mujeres embarazadas?
Esto no es casualidad ni magia. Es tu cerebro en acción.
Y no, no está loco. Está funcionando exactamente como fue diseñado para hacerlo.
SARA: Tu “Algoritmo” Interno que Filtra la Realidad

Este fenómeno tiene un nombre científico: Sistema de Activación Reticular Ascendente (SARA).
Es un conjunto de neuronas en tu tronco encefálico, encargado de mantenerte alerta y filtrar la enorme cantidad de información que recibes cada segundo.
En otras palabras, SARA funciona como tu propio algoritmo de Google: te muestra lo que “cree” que es importante para ti.
✅ Si enfocas tu atención en lo que deseas, verás más oportunidades.
❌ Si la enfocas en lo que temes, tu mente te recordará cada obstáculo posible.
Tu cerebro es proactivo, no pasivo.
Está constantemente creando predicciones basadas en lo que cree que te interesa.
Y esa información no la decide el azar: la decides tú.
Cada vez que repites una preocupación, alimentas una queja o te obsesionas con lo que no quieres… estás entrenando a tu SARA.
Donde pones tu atención pones tu energía (y tu realidad)
Esto puede jugar a tu favor o en tu contra.
Cuando repites en tu mente escenarios de fracaso o carencia, tu SARA se pone a trabajar para mostrarte pruebas de que “tenías razón”.
Te vuelves experta/o en ver defectos, confirmar fantasías temerosas, alimentar la desconfianza.
Pero si entrenas tu atención en lo que sí funciona, en tus metas, en las oportunidades… algo cambia.
No es magia. Es ciencia.
Tu cerebro empieza a mostrarte puertas que antes no veías.
Donde antes había obstáculos, ahora aparecen caminos.
Por ejemplo, una persona que se identifica como “soy TDAH”, “soy bipolar” o “soy alcohólica” puede usar esa etiqueta como una forma de explicar todo: su desorganización, sus impulsos, sus relaciones. Aunque haya empezado un camino de autoconocimiento, un grupo de autoayuda o terapia, si su atención sigue puesta en reforzar esa etiqueta, seguirá actuando desde ahí. Es una forma inconsciente de proteger una identidad limitante.
Por eso, mientras siga creyendo que “es” eso, buscará sostener esa narrativa de alguna manera y buscará confirmaciones de que “es así”, en lugar de abrirse a la posibilidad de ser diferente. No es que no quiera cambiar, sino que su enfoque aún está atado a una versión vieja de sí misma. Y mientras no cambie el foco, no va a poder manifestar una versión nueva. Le será muy difícil actualizar su identidad y lograr lo que realmente desea, porque lo que quiere no está alineado con lo que cree ser.

¿Entonces… cómo poner a tu SARA de tu lado?
Observa tus creencias. Si no sabes qué está filtrando tu mente, no puedes cambiar el enfoque.
Hazte preguntas poderosas.
En vez de “¿Por qué me pasa esto a mí?”
prueba con:
“¿Qué puedo aprender de esto?”
“¿Qué oportunidades hay acá?”
“¿Qué quiere mostrarme la vida?”
Elige conscientemente dónde pones tu atención cada día. Lo que repites, se refuerza.
Visualiza lo que deseas, no lo que temes. Así ayudas a tu mente a actualizar sus “preferencias de búsqueda”.
Cada vez que te quejas, imaginas lo peor o alimentas el miedo, estás programando a tu SARA para que te muestre más de eso.
Pero cuando te enfocas en la gratitud, en tus metas y tus recursos, tu mente te abre nuevas puertas.
Donde pones tu atención, creas Realidad
Donde pones tu atención, pones tu energía.
Y donde pones tu energía, creas tu vida.
Si quieres habitarte de verdad, estar presente y vivir con libertad, necesitas entender cómo funciona tu mente.
Elige con consciencia.
Porque al final, la realidad que experimentas no es lo que “es”.
Es lo que tu mente te permite ver.
Hacer terapia es un acto de cuidado personal, no una señal de debilidad.
Si sientes que tu mente te arrastra siempre al mismo lugar, tal vez sea hora de cambiar el enfoque.
No hace falta que lo hagas sola/o. En terapia, puedes aprender a entrenar tu atención, a distinguir lo que te habita de lo que te limita, y a cultivar esa presencia interna que te devuelve al centro.
Observarte sin juicio es un acto de amor profundo. Y a veces, solo necesitas un espacio seguro para empezar a hacerlo.
Elegir dónde poner tu atención también es elegir cómo quieres vivir.



Comentarios