¿Sabes Cuál Es Tu Lenguaje Del Amor Y Cómo Conocer El Del Otro?

Todos deseamos amar y ser amados. Pero lo que muchas veces se nos escapa es que no todas las personas expresan el amor de la misma forma. Y no comprender esto puede generar malentendidos, frustración y distancia, incluso en vínculos donde el amor sí está presente.

El terapeuta Gary Chapman propuso una teoría simple y reveladora: cada persona tiene una o varias formas predominantes de expresar y recibir amor, y conocer estos lenguajes puede enriquecer y transformar profundamente tus relaciones.

Identificó cinco lenguajes principales del amor, aplicables no solo a la pareja, sino también a vínculos familiares, de amistad, etc. Reconocer el propio lenguaje y el de los demás puede ayudarte a sentirte más comprendida/o y a conectar mejor con los demás. 

Porque muchas veces, no nos sentimos amadas/os y el problema no tiene que ver con el amor, sino con la expresión del mismo.

1. Palabras de afecto y afirmación

Para quienes hablan este lenguaje, las palabras son puentes. Expresan el amor a través de frases de ánimo, apoyo, afecto, elogios, reconocimiento o amabilidad: “te quiero”, “me importas”, “gracias por estar”, “qué bonita/o estás” o incluso “un poema”.

Es decir, expresan su amor a través del aprecio verbal.                                                                                       

Es importante que estas palabras no queden vacías, sino que se acompañen de hechos sinceros.

2. Tiempo de calidad

No se trata de cuántas horas compartimos, sino de cómo las vivimos.                                    

Estar verdaderamente presentes, prestar atención y estar realmente disponibles.                                   Una charla sin pantallas, una caminata sin prisa, una comida compartida sin distracciones.…

No es el plan, es la presencia.

No es el acto (una buena cena en un restaurante caro), es el disfrute y la conexión y compartir con la persona que quieres.                                                                           

No es la cantidad de tiempo, es la calidad del vínculo.

3. Regalos

A través de un objeto expreso lo que siento por una persona. El regalo es un gesto que transmite: “pensé en ti”.

Demuestra atención a los detalles, interés, tiempo y comprensión de lo que le importa al otro.

No importa el valor material, sino la intención afectiva detrás de una una carta, una flor, algo hecho a mano o comprado con cariño.

4. Actos de servicio

Este lenguaje consiste en realizar acciones concretas para facilitar la vida del otro o aliviarle una carga: preparar la comida, resolver un trámite, ir al supermercado, recogerte al salir del trabajo..

No se hace por obligación, sino por cuidado genuino, generoso y desinteresado.

Muchas veces, estos gestos pasan desapercibidos, y no registramos que son formas de decir “te quiero”.

5. Contacto físico

Abrazos, caricias, un roce al pasar, tomarse de la mano, tener relaciones sexuales, un beso de buenas noches, un masajito en la espalda, acariciar el cabello..

Gestos que generan seguridad, calma y ternura en la relación. 

Para quienes valoran este lenguaje, el cuerpo es un canal de afecto, contención, presencia y vínculo.

Otros dos lenguajes posibles

El psicólogo Gabriel Cartañá propuso otras dos formas que también pueden ser relevantes:

6. Expresar amor en público

Algunas personas sienten y expresan el amor al mostrar con naturalidad y orgullo el vínculo afectivo frente a otros: mencionar a la pareja con cariño, presentarla con entusiasmo, expresarse en redes sociales, etc.

7. Actos de sacrificio

Implica renunciar a algo voluntariamente por el bienestar del otro, sin que sea una exigencia externa. Por ejemplo, dejar de fumar frente a alguien a quien le molesta el humo. Son gestos silenciosos que comunican respeto, empatía y cuidado.

Entonces... ¿Cuál es tu lenguaje del amor?

Reconocerlo es un acto de autoconocimiento.Y si estás en una relación —de pareja, familiar o de amistad—, entender cómo el otro se siente amado puede cambiar la dinámica por completo.

A veces no es que no hay amor, es que no estamos hablándolo en el mismo idioma.             Y aprender ese idioma, con disposición y empatía, es una forma consciente, profunda.

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Hacer terapia es un acto de cuidado personal, no una señal de debilidad.

Si sientes que hablas de amor, pero no siempre eres comprendida/o… quizás estén hablando lenguajes distintos.

Un espacio terapéutico puede ayudarte a comprender tu forma de dar y recibir amor, revisar patrones, y aprender a vincularte desde un lugar más consciente y recíproco.

También se puede aprender a amar de nuevo, paso a paso, en compañía.