Cuando La Ansiedad Toca Tu Puerta: Recursos Para Calmar El Cuerpo Y Volver A Ti
- paolaborlini28
- 23 may
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 7 jun

Esa inquietud que no sabes de dónde viene (pero que lo llena todo)
Hay momentos en los que todo parece estar en calma, pero por dentro algo se agita.
Tu pecho se tensa.
Tu mente corre.
Tu cuerpo no encuentra reposo.
Y aunque no hay un peligro real, sientes que algo está a punto de romperse.
Le llamas ansiedad. Y sí… es real, aunque no tenga palabras.
La ansiedad no siempre grita.
A veces susurra con insomnio, con un nudo en la garganta o una urgencia inexplicable por escapar.
Y otras, simplemente te deja en blanco, como si te desconectaras de ti misma/o.
Cómo reconocer las señales antes de que te desborden
Antes de que explotes, tu cuerpo ya habló.
Lo hace todo el tiempo.
Pero aprender a escucharlo requiere práctica, paciencia… y ternura.
Algunas señales previas a un pico de ansiedad pueden ser:
Respiración superficial o entrecortada
Tensión en la mandíbula o el pecho
Pensamientos repetitivos o catastróficos
Irritabilidad sin motivo aparente
Sensación de estar “fuera de ti” o desconectada/o del presente
Escuchar estas señales no es anticipar el caos, sino abrirte a la posibilidad de responderte antes de desbordarte.
Un mantra para volver al centro cuando todo se acelera
Cierra los ojos. Apoya una mano sobre tu corazón y otra sobre tu vientre.
Respira suavemente.
Y repite, por dentro o en voz alta:
“Esto es una sensación, no es un peligro real. Estoy a salvo. Este momento pasará. Confío. Respiro, y vuelvo a mí.”
Puedes escribirlo y llevarlo en la cartera o en el móvil.
No busca negar lo que sientes, sino recordarte que puedes habitarlo sin dejarte arrastrar.
Una visualización breve: soltar el exceso sin dejar de estar
Imagina que estás sentada/o frente a un lago tranquilo.
Tus pensamientos son hojas flotando.
No necesitas empujarlas. Solo obsérvalas.
Algunas se irán. Otras volverán.
Pero tú no eres la hoja. Eres el lago.
Permite que la imagen te sostenga. Respira.
Siente cómo tu presencia es más grande que lo que pasa por tu mente.

Respiración para calmar el sistema nervioso
🌬 Respiración 4-7-8 (para regular el sistema simpático):
Inhala por la nariz contando hasta 4
Retén el aire contando hasta 7
Exhala suave por la boca contando hasta 8
🌬 Respiración Rítmica 4-6
Inhalar en 4 tiempos.
Exhalar en 6 tiempos (el doble de la inhalación ayuda a activar el sistema parasimpático).
Hacerlo durante 3-5 minutos.
Repite tres veces.
Esta técnica envía al cuerpo un mensaje claro:
no estás en peligro. Puedes aflojar. Puedes quedarte.
Lo que haces por dentro, también se refleja afuera
Cada vez que te escuchas sin juicio,
cada vez que eliges pausar en vez de acelerar,
estás cultivando una nueva forma de relacionarte contigo.
La ansiedad no es el enemigo.
Es un llamado. Una invitación a mirarte con más profundidad.
A preguntarte:
¿Qué me está pidiendo esta emoción?
¿Qué parte de mí necesita contención?
¿Qué decisión vengo postergando por miedo?
Porque no tienes que poder con todo sola/o
Si sientes que estos recursos te alivian solo un momento y luego todo vuelve a estallar,
tal vez sea tiempo de buscar acompañamiento profesional.
No para que alguien te diga qué hacer,
sino para que te acompañe mientras encuentras tus propias respuestas.
A veces, el acto más valiente no es resistir…
Es pedir un espacio donde ser mirada/o sin juicio.
Donde poder nombrarte completa/o.
Tu ansiedad no te está frenando
Te está mostrando que algo dentro de ti quiere avanzar.
Y aunque duela, aunque incomode, aunque sientas que no puedes más…
Estás creciendo. Estás despertando. Estás volviendo a ti.
Y aquí, en este instante,
con esta respiración, con esta palabra…
empieza tu nuevo diálogo con la vida.
Hacer terapia es un acto de cuidado personal, no una señal de debilidad.
Si la ansiedad toca tu puerta una y otra vez, quizás sea hora de abrirla con presencia, en lugar de huir. En terapia, puedes aprender a calmar el cuerpo, escuchar lo que tu ansiedad quiere decirte y volver a ti, sin miedo.
No estás sola/o. También se puede respirar más hondo… y vivir más liviana/o.



Comentarios