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Cómo Funciona Tu Cerebro y ¿Por Qué A Veces Hacés Lo Contrario a Lo Que Sabés Que Te Hace Bien?

Actualizado: 7 jun

A la hora de conocerte, entender cómo funciona tu cerebro, por qué reaccionas como reaccionas o por qué te cuesta tanto salir de ciertos patrones, es clave conocer el funcionamiento de tu cerebro. Pero no solo desde una mirada biológica, sino también psicológica y experiencial.


Una de las propuestas más reveladoras en este sentido es la del modelo del cerebro trino, desarrollado por Paul MacLean y ampliado desde una perspectiva más humanista y terapéutica por autores como Claudio Naranjo.


Según este modelo, el cerebro está compuesto por tres niveles interrelacionados, que representan distintas etapas evolutivas y también distintas funciones psicológicas. Comprender cómo funcionan y cómo se relacionan puede ayudarte a entender tus conflictos internos, impulsos y decisiones.


¿Cómo funciona tu cerebro cuando sientes que actuás sin control?

como funciona la mente

El cerebro reptiliano: la supervivencia primero


Es la parte más antigua del cerebro. Su función principal es garantizar la supervivencia: regula los impulsos instintivos, las respuestas automáticas, la territorialidad, los hábitos, la defensa y la reacción ante el peligro.


Cuando estás en modo alerta o supervivencia, es este cerebro el que toma el control. No piensa, reacciona. Su lema es: actuar rápido para sobrevivir. El problema aparece cuando este sistema se activa en contextos donde no hay un peligro real, pero tu cuerpo lo interpreta como tal (por ejemplo, una discusión, una crítica, una pérdida).


El sistema límbico: sentir para vincular

Imagen que refleja la tensión entre razón y emoción, tema central del texto.

Evolutivamente más reciente, el cerebro límbico es el centro de las emociones, la memoria afectiva y los vínculos. Gracias a él, puedes crear lazos, experimentar empatía, miedo, alegría, tristeza, afecto y deseo de pertenencia.


Es también el que guarda registros emocionales de experiencias pasadas. Muchas reacciones desproporcionadas tienen que ver con huellas no resueltas que se vuelven a activar.


Este cerebro necesita ser validado emocionalmente para sentirse seguro. Cuando no lo es, toma el mando desde la emocionalidad desbordada o el apego ansioso.


Dentro del sistema límbico, la amígdala regula emociones intensas como el miedo o la ira, y el hipocampo contextualiza y almacena memorias emocionales. Son claves para entender reacciones que parecen irracionales, pero que tienen raíz profunda.


El neocórtex: piensas, pero también sobrepiensas

Imagen que representa las funciones del reptiliano, límbico y neocórtex.

Es la parte más nueva del cerebro. Su función es ayudarte a planificar, anticipar escenarios y regular tu conducta.


Es tu mente lógica, estratégica y resolutiva. Pero también puede transformarse en una mente que juzga, compara y rumia sin parar.


Este tipo de actividad ocurre en la red por defecto, que se activa cuando no estás enfocada en una tarea. Es la mente que revive el pasado, se anticipa al futuro o siente que “todo está mal”.


Por eso, el neocórtex tiene una doble cara:


  • Puede ser el centro de tu capacidad de resolver y autorregularte.

  • Pero también el origen de la autocrítica, el juicio y la parálisis por análisis.


Aquí es clave diferenciar entre esta mente racional —útil, pero limitada— y tu mente consciente: la que observa sin reaccionar, regula sin reprimir y elige con claridad.


¿Dónde vive la conciencia?


La conciencia no es igual a pensamiento. No es la mente discursiva. Es la capacidad de observar la mente. Es el espacio que no reacciona, sino que presencia.


Podríamos decir que:


  • La mente lógica es una función del neocórtex contaminada por automatismos.

  • La conciencia plena es una función más compleja: integra razón, emoción e instinto. Se asocia a la red cerebral ejecutiva central, que es la que nos ayuda a pensar antes de actuar, a tomar distancia de una emoción intensa y decidir cómo responder en lugar de reaccionar. También puede entenderse como una dimensión que trasciende lo neurológico.


¿Por qué a veces haces lo que sabes que no te hace bien?

Simboliza la lucha interna entre pensamiento, emoción e instinto.

Porque tu mente no es una sola. Está formada por capas que a veces entran en conflicto:


  • Una parte actúa desde el reptiliano: reacciona para protegerte.

  • Otra desde el límbico: cargada de emociones no resueltas.

  • Y otra desde el neocórtex: que puede elegir… pero también dudar, sabotearte o bloquearse.


Cuando no están alineadas, te sientes dividida/o. Una parte quiere avanzar, otra se paraliza. Y terminas repitiendo lo que conoces, aunque no te haga bien.


Esto no es falta de voluntad, sino un sistema desregulado.


Comprender tu cerebro es dejar de culparte


No se trata de controlar todo, sino de observarte sin juicio, integrar tus partes y elegir desde un lugar más consciente.


Tres cerebros, un mismo Ser


Ninguno es “malo”. Cada uno cumple una función vital. El verdadero camino es escucharlos, integrarlos y armonizarlos.


Cuando lo haces:


  • Respondes en lugar de reaccionar.

  • Eliges con libertad.

  • Sientes sin desbordarte.


Como decía Claudio Naranjo:“La salud psicológica es la armonía entre cabeza, corazón y vientre.”


Hacer terapia es un acto de cuidado personal, no una señal de debilidad.


La terapia puede ayudarte a lograr esa integración: para dejar de repetir lo que te daña y empezar a construir una vida más plena y genuina.


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